
Las primeras señales de que un niño tiene altas capacidades
Los niños con altas capacidades dan signos tempranos no solo en el área intelectual, sino también en la social y en la emocional. Aprende cómo identificarlos.
Los niños con altas capacidades representan aproximadamente el 3 % del total, aunque la cifra puede elevarse considerablemente en función de las fuentes consultadas. Además, se estima que la gran mayoría de ellos no llegan a ser identificados y no reciben los ajustes escolares ni el apoyo familiar que necesitan para prosperar. Por ello, queremos hablarte de las primeras señales de que un niño tiene altas capacidades a fin de que puedas identificarlas en tus hijos.
Se habla de altas capacidades cuando una persona presenta un rendimiento elevado en el área intelectual, creativa y/o artística. Por tanto, no hablamos solo de prodigios académicos, sino de niños que presentan un talento especial o que sobresalen en determinados ámbitos. Estos pueden ir desde el deporte hasta las artes o desde la memoria hasta el lenguaje.
Las altas capacidades son muy heterogéneas y no se presentan en todos los menores con las mismas manifestaciones. No obstante, hay algunos indicios que pueden ayudar a los padres a identificarlas.
Estas son las primeras señales de que un niño tiene altas capacidades
Las primeras señales de las altas capacidades aparecen durante el crecimiento. Incluso, en los primeros años de vida ya es posible identificar algunas de ellas. De todos modos, siempre será necesaria una evaluación profesional que complemente la información otorgada por los padres con una batería de pruebas. Aun así, estas son las señales más relevantes:
Desarrollo del lenguaje
Aunque no se produce en todos los casos, puede ser llamativo un desarrollo precoz del lenguaje. Algunos niños pueden pronunciar las primeras palabras ya a los seis meses, formar frases al año y medio y mantener conversaciones a los dos años. Además, suelen tener un léxico amplio y rico y pueden leer con soltura antes de los cuatro años.
Memoria y razonamiento
Estos niños pueden contar con una excelente memoria, especialmente en lo relacionado con lugares y eventos. Además, comprenden y manejan con facilidad conceptos complejos, disfrutan de plantear y resolver problemas y cuentan con una gran capacidad para ello. También, es común que desarrollen la metacognición (conciencia sobre sus propios procesos de pensamiento) precozmente.
Curiosidad y capacidad de aprendizaje
Los chicos con altas capacidades son curiosos, abiertos y con una gran facilidad de aprendizaje. Pueden interesarse por una gran diversidad de temas y hacerse expertos en algunos de ellos. Además, disfrutan de leer y aprender acerca del funcionamiento del mundo que les rodea y son muy observadores.
Por ello, es posible que planteen cuestiones complejas, trascendentales o impropias de su edad y que requieran conocer la respuesta. Por ejemplo, puede preguntar temprano acerca de la reproducción humana, el código genético o la formación del universo.
Relaciones sociales
Respecto del ámbito social, suelen sentir preferencia por relacionarse e interactuar con personas más mayores. En parte, porque apenas comparten intereses o puntos de vista con los niños de su edad. En otros casos, pueden adoptar el rol de líderes y tratar de dirigir al resto. Pero, es posible que si perciben rechazo por parte de sus iguales, traten de ocultar sus talentos o sus diferencias para ganar aceptación.
También, es común que se muestren rebeldes y reticentes a aceptar órdenes y normas. Es posible que desafíen la autoridad y que tiendan a imponer su criterio.
Atención
La realidad respecto al plano atencional puede ser muy variada. Hay niños con altas capacidades que poseen una gran capacidad de enfoque, que son capaces de abstraerse cuando aprenden o disfrutan de algo que les apasiona.
Sin embargo, también pueden parecer despistados, aburridos o poco comprometidos cuando se trata de tareas monótonas y repetitivas. Esto, en ocasiones, hace que se confunda el diagnóstico con el de TDAH, aunque ambos pueden coexistir.
Talento en áreas específicas
Es importante recordar que el concepto de altas capacidades incluye superdotación, talento y precocidad intelectual. Por ello, es posible que algunos de estos niños posean un cociente intelectual elevado (superior a 130), pero también que destaquen únicamente en ciertos ámbitos y se mantengan en la media en el resto.
Por tanto, podemos considerar una señal el hecho de que el niño tenga un gran potencial intelectual, pero también el que posea una habilidad sobresaliente (deportiva, artística o matemática, entre otras) o el que haya alcanzado algunos hitos evolutivos, como la adquisición del habla o la escritura, antes de lo esperado.
Disincronías
Entre las primeras señales de que un niño tiene altas capacidades aparece la disincronía. Esto es la falta de concordancia entre su edad cronológica y su desarrollo intelectual, social y emocional.
El menor puede tener conversaciones más propias de un adulto, pero al mismo tiempo muestra la impulsividad característica de un niño y unas emociones profundas y complejas que no sabe gestionar. De alguna forma, parece que en él conviven diferentes edades en función del ámbito al que atendamos.
Personalidad y emociones
Por último, al observar la personalidad de estos pequeños también encontraremos rasgos significativos. Por ejemplo, suelen ser niños profundos y con una sensibilidad especial. También, pueden ser autocríticos y autoexigentes, rígidos e inflexibles y tener un gran temor al fracaso. Además, es común que se frustren ante la falta de progreso.
La importancia de detectar las señales de que un niño tiene altas capacidades
Las señales de que un niño tiene altas capacidades son un buen indicador que puede llevar a pedir una evaluación rigurosa y personalizada. Detectar esta cualidad tempranamente es fundamental para que los adultos comprendan las necesidades del niño y puedan acompañarlo apropiadamente.
Si no se identifican, el niño no solo puede no recibir la estimulación necesaria para desarrollar su potencial, sino que también puede sufrir problemas a nivel social y emocional. Por esto, es necesario proporcionar las herramientas que acompañen sus necesidades especiales cuanto antes, tanto en la escuela como en el hogar.