Ponte en los zapatos de un responsable de políticas educativas en un país. En todo el mundo, formuladores de políticas educativas como tú están urgentemente diseñando e implementando reformas, políticas y programas para ayudar a los sistemas educativos a recuperarse y reconstruirse de mejor manera después de la pandemia de la COVID-19 (i). ¿Cómo puedes apoyar a los docentes en tu contexto para que estén mejor equipados para ayudar a los alumnos a recuperar el aprendizaje perdido durante la pandemia (i)?
Sabes que para ello es necesario apoyarlos mediante programas de desarrollo profesional para que fortalezcan su práctica en el aula. Pero ¿cómo se diseña un programa que consiga estos objetivos? ¿Cuáles son los componentes de los programas que contribuyen a una experiencia de aprendizaje significativa para el docente, que se pueda traducir a su práctica en el aula? ¿Cómo se diseña este tipo de programa a escala, para que llegue al mayor número posible de docentes y estudiantes? ¿Y cómo se logra teniendo en cuenta cuestiones como el costo, el acceso (tanto físico como tecnológico) y las capacidades de los actores existentes dentro del sistema?
- Los programas de desarrollo profesional para docentes deben diseñarse cuidadosamente para apoyar, equipar, motivar y capacitarlos en fortalecer su práctica pedagógica de una manera significativa. Muchos programas de desarrollo profesional para docentes no son efectivos para ayudarlos a fortalecer su práctica pedagógica: La evidencia de un metaanálisis en países de ingresos bajos y medios muestra que muchos programas no contribuyeron a mejorar el aprendizaje de los estudiantes o la calidad de la enseñanza (i). Los programas que funcionaron mejor en apoyar a los docentes para ayudar a los estudiantes a menudo comparten ciertas características en su diseño e implementación.
- Los docentes enfrentan barreras comunes cuando buscan aplicar los aprendizajes de un programa de desarrollo profesional en el aula. Cambiar lo que uno hace nunca es fácil. Por lo general, requiere desarrollar nuevos hábitos y comportamientos, y como cualquier nuevo comportamiento o hábito que buscamos construir, los docentes enfrentan barreras en este proceso. Estos se pueden resumir en el Qué (cuando los docentes no tienen claras las nuevas prácticas que deben implementar en su aula), el Cómo (cuando los docentes tienen claro qué hacer de manera diferente en su aula, pero no tienen los recursos o el conocimiento para hacerlo) y el Por qué (cuando los docentes no están motivados o no ven el propósito de implementar nuevas estrategias de enseñanza en el aula).
- Conocimientos del campo de la ciencia del comportamiento y la psicología se pueden aprovechar para diseñar programas que apoyen y equipen a los docentes para superar estas barreras y traducir los aprendizajes a su aula. Para superar la barrera del Qué, los líderes del programa pueden usar estrategias como reducir el enfoque de un programa de desarrollo profesional a un par de habilidades de enseñanza, para garantizar que los docentes tengan suficiente tiempo para dominarlas, e incorporar demostraciones y modelaje para que los docentes tengan una visión clara de cómo se ven las nuevas habilidades de enseñanza en la práctica. Para ayudar a superar la barrera del Cómo, los programas deben incluir tiempo suficiente para que los docentes practiquen y brindarles apoyo adicional para cerrar la brecha respecto a la implementación en el aula, a través de estrategias como orientación pedagógica individualizada. Y finalmente, para ayudar a superar la barrera del Por qué, los líderes del programa pueden utilizar componentes de aprendizaje social e integrar incentivos, tanto monetarios como no monetarios.
- No se debe subestimar el valor de la buena implementación. Los programas más exitosos dedican la mayoría de sus recursos y tiempo a garantizar una buena implementación en el terreno (i). Los programas eficaces para docentes deben diseñarse alineados e integrados con el currículo y las políticas de evaluación existentes ; centrándose en la implementación a nivel escolar y aprovechando el papel de actores como los directores de escuelas (i); e integrando la tecnología cuando sea relevante (i) para impulsar el impacto. Finalmente, los programas deben diseñarse e implementarse con miras a la sostenibilidad y la ampliación en el futuro.
- Aprender de otras experiencias exitosas es clave. Hay mucho que aprender de programas exitosos de desarrollo profesional en todo el mundo, que han innovado para apoyar a los docentes y a la enseñanza eficaz. En América Latina, estos incluyen la Estrategia de Aprendizaje de Matemática en El Salvador, el programa Aprendamos Todos a Leer (ATAL) en Colombia y el Programa de Acompañamiento Pedagógico en Perú. A medida que los líderes educativos continúan trabajando para recuperar y acelerar el aprendizaje y responder a la crisis educativa actual, será importante aprender de experiencias exitosas en la región y globales sobre cómo mejor apoyar a docentes a fortalecer su práctica.
- Estas cinco lecciones sobre cómo apoyar a los docentes a mejorar la enseñanza fueron recolectadas a partir del reciente Taller Regional: Un enfoque centrado en el aula para acelerar el aprendizaje, que reunió a responsables de la política educativa de la región para discutir cómo mejorar los programas de desarrollo profesional docente. El evento construyó sobre el Compromiso para la Acción sobre los aprendizajes fundamentales y su recuperación, América Latina y el Caribe se Comprometen (ALCC) y fue posible gracias al apoyo del Foundational Learning Compact (FLC) (i).
- Para aprender más sobre el taller, compartimos el video resumen del evento aquí, además de un playlist donde conocerás a expertos que explican el tema más en detalle.
- A continuación, escucha a Helena Rovner sobre la capacitación continua para la mejora del aprendizaje.