La región de América Latina y el Caribe late con un potencial jóven pero se enfrenta a un desafío formidable: el desempleo juvenil y el trabajo no calificado. Como jóvenes líderes que triunfaron en la Cumbre de la Juventud del Banco Mundial en mayo de 2023, emprendemos una misión para identificar soluciones sostenibles que fomenten el desarrollo inclusivo y el crecimiento de la región.
Nuestra propuesta ganadora tenía como objetivo abordar la compleja red del desempleo juvenil y el empleo informal en América Latina y el Caribe a través de la educación, el empoderamiento y la colaboración.
La Panorama Laboral 2022 para América Latina y el Caribe reveló una realidad preocupante. Con una tasa de desempleo juvenil promedio del 16 %, América Latina y el Caribe lucha contra el espectro insidioso del potencial desperdiciado . Este desafío se ve agravado por la dura realidad del empleo informal, donde alrededor del 60 % de los jóvenes se encuentran atrapados. Estas estadísticas impactantes subrayan las barreras estructurales arraigadas en los mercados laborales de la región.
En nuestra búsqueda, identificamos cinco desafíos apremiantes en el panorama de la región y proponemos lo siguiente :
- Acceso limitado a la educación formal: La accesibilidad a la educación de calidad sigue siendo un problema fundamental que obstaculiza el desarrollo de una fuerza laboral calificada.
Proponemos ampliar el acceso a la educación y la formación. La inversión en infraestructura, becas e iniciativas de aprendizaje a lo largo de la vida garantiza que la educación se convierta en una herramienta transformadora que elimina barreras para la movilidad social y económica.
- Brecha de género en el empleo juvenil: La disparidad de género en la educación y ámbito laboral perpetúa la desigualdad, obstaculizando el progreso.
Proponemos promover la igualdad de género en el ámbito laboral. Iniciativas como programas de mentoría de secundaria y plataformas de networking abordan la disparidad de género desde la raíz, permitiendo que las jóvenes naveguen los sistemas educativos y trayectorias profesionales con confianza.
- Falta de coordinación institucional y contratación basada en habilidades: La ausencia de estrategias cohesivas y colaboración institucional obstaculiza la traducción de habilidades en oportunidades de empleo.
Proponemos fortalecer la coordinación institucional y las alianzas. Las asociaciones colaborativas entre el gobierno, organizaciones sin fines de lucro y el sector privado crean un ecosistema resiliente que fomenta la innovación, amplifica los recursos e impulsa soluciones sostenibles.
- Falta de habilidades y competencia técnica: Existe una brecha considerable entre la demanda y la oferta de habilidades, lo que lleva a la subutilización del potencial juvenil.
Proponemos fortalecer el desarrollo de habilidades en los jóvenes. Al alinear la educación con las necesidades de la industria, fomentar la formación vocacional e introducir programas de aprendizaje, empoderamos a los jóvenes con habilidades prácticas y experiencia en el mundo real, alineándolos con las demandas del mercado.
- Mercado laboral informal y reconocimiento de habilidades: El empleo informal emerge como un obstáculo significativo, exacerbando la vulnerabilidad de los jóvenes a los choques económicos.
Proponemos mejorar el reconocimiento y la certificación de habilidades. La estandarización del reconocimiento de habilidades a través de métodos innovadores empodera a los trabajadores informales con certificaciones formales, abriendo las puertas al empleo sostenible y la estabilidad financiera.
Dentro del entramado del empoderamiento, reconocemos los obstáculos que se erigen para el desarrollo sostenible. Como jóvenes líderes de la región de América Latina y el Caribe, comprendemos que implementar nuestro plan visionario para abordar el desempleo juvenil y el trabajo no calificado no está exento de desafíos.
Nuestras propuestas son un testimonio de nuestro compromiso. A medida que emprendemos este viaje transformador, la evaluación de impacto impulsada por datos, respaldada por indicadores como el Coeficiente de Gini y el Índice de Desigualdad de Género, guiará nuestro progreso. Asumimos un enfoque integral que no solo cuantifica el cambio, sino que fomenta un ecosistema de crecimiento y empoderamiento.
Navegar los desafíos y forjar nuevos horizontes
En un entorno donde el acceso a recursos es desigual y las barreras institucionales persisten, el camino por delante puede resultar arduo. Sin embargo, instamos a las organizaciones internacionales como el Banco Mundial a colaborar de maneras únicas. Al fomentar asociaciones intersectoriales que prioricen soluciones localizadas, aprovechar mecanismos de financiamiento innovadores y promover políticas que fortalezcan la inclusión de los jóvenes, podemos superar estos desafíos e iluminar un camino hacia un futuro próspero y equitativo para nuestra región. A través de estos enfoques matizados, podemos superar obstáculos y emprender un viaje de impacto sin precedentes.
Nuestro enfoque en abordar el desempleo juvenil y el trabajo no calificado en América Latina y el Caribe es una encarnación de nuestras aspiraciones compartidas. Subrayamos el papel vital de la educación, la inclusión y la colaboración en la formación de un futuro sostenible . Mientras nos encontramos en el umbral del cambio, permitámonos impulsar este objetivo hacia adelante, una sinfonía de voces armonizando para allanar el camino hacia un mañana más brillante y equitativo.
